Te llenaste de amargura, lo siento no es mi culpa...lo siento, de verdad, tu misma amargura no te deja ver que es cierto. Si tanto te quise o te quiero como amigo, ¿por que ahora que me has dado la espalda por tus intereses, he de gozarme con lo malo que te pase?
Pero, sabes, no creo que te esté pasando nada malo; tomaste una decisión, no estés añorando la posición que dejaste para venirte a otra nueva, allá no estaba todo perfecto, acuerdate, acá no está todo perfecto tampoco, aún no estableces tu espacio, todavía no se asienta tu movimiento, espera un poco, tienes tanta desesperación.
Quizá no me toque a mi hablar, si, perdón, lo reconozco, yo no se como pesan tus obligaciones y precisamente, esa presión que sientes no la tengo yo.
Estás luchando bravamente pero no luches con ira, con rabia, lucha solo con la esperanza, con la inteligencia con que lo estás haciendo; dejate ir completamente con entusiasmo y amor, no es necesario que golpées a quienes piensas que te abandonan o no piensan como tu.
Si algunos nos hemos hecho a un lado, ja, pues es lógico, nos has pateado como pidiendo mas espacio, pues te lo hemos dado...
Eres inteligente, y otras cosas mas que te estoy descubriendo, jajaja, no, no me molestan, me dan risa de comprobar como los seres humanos nos rendimos a la palabra amable y como otros las usan, solamente por eso, por tener ganados a los demás.
Ojalá te tranquilices, tu vida no va a cambiar en sus apreturas y sus problemas, pero tendrías mejor ánimo para resolver y quizá, mas manos que te ayudaran.
De todos modos, píerdete de aqui.
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