sábado, 15 de marzo de 2014

LA BICICLETA

Las madres tenemos que dejar de querer ir al lado de la bicicleta en la que pedalean nuestros hijos cuando se alejan a toda velocidad por la ruta de la vida.
Así como resulta de absurdo correr todo el tiempo prendidas al asiento del hijo que va en bici y a fin de cuentas tenemos que soltarlo, así en la vida real,  nuestros hijos empezarán a correr solos a baja o alta velocidad, pero si no los soltamos, nunca van a avanzar ni  comprobaremos que tienen la capacidad de dirigir su ruta, su marcha, su velocidad, su destino.
Como duele.
Como duele entender que no queremos soltarlos a pesar de estar lejos o juntos, entender que seguimos empeñadas en no soltar ese vehículo, no queremos que decidan su ruta, diario queremos ver si han elegido buena ruta para corregirla, para proponerles la que nosotros elegimos y creemos mejor.
Hoy he pasado frente a un espejo y me he visto.

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