miércoles, 17 de agosto de 2011

CULPAS....

Cuando alguien muere, en ocasiones no hay conformidad, no nos agrada que aquella persona se haya ido, y son muchas las personas que empiezan a formar en su mente la idea de que tienen la culpa de la muerte de ese ser.
Como la comunicación no es nuestro fuerte, resulta que por la muerte del niño, se están culpando el padre, la madre, la abuela, la enfermera, el médico, la tía, hasta la vecina, vamos.
El padre piensa que debió estar más cerca de su familia, para apoyarlos.
La madre piensa que ella tenía que haberse dado cuenta antes de los síntomas de la criatura.
La abuela piensa que ella tiene la culpa de no haber visitado más a sus nietos y haber alertado que algo andaba mal.
El medico piensa que quizá si se hubiera decidido por el otro tratamiento, el niño se hubiera aliviado.
La enfermera piensa que como no podía bajarle la fiebre, es su culpa la muerte.
La vecina se siente culpable de no haber rezado suficiente.
Seis culpables de la muerte.
¿Qué pasa con el destino?
¿Alguien por aquí cree que todos tenemos marcado un tiempo de vida, y que nadie pasa de su línea? Entonces ¿donde queda la culpa, si se había llegado al día de la cita con la muerte?
¿Que con el objetivo de la vida? ¿Alguien por aquí cree, que el venir a este mundo es para cumplir una misión, y que una vez cumplida esta nos vamos? Entonces, ¿que pasa con la culpa, si ya se había cumplido con ese objetivo? ¿Somos nosotros los que diremos, quédate y se hará?
¿Qué pasa con la voluntad divina? ¿Alguien aquí cree que Dios dice hasta aquí y se hace? ¿Entonces donde queda la culpa, si creemos que el marcó la línea y se ha llevado a aquel que queremos?
La vida y la muerte son insondables, misteriosas, inexplicables.
¿Por qué quieres cargar con la culpa de la muerte, si no está en nuestra mano?
Cada uno, llevamos a cabo diario el cumplimiento de nuestras obligaciones y algo mas, podemos entregar todavía mas extra que solo la obligación en si, entonces no debe caber el arrepentimiento ni la culpa de no haber cumplido.
En ocasiones, de lo que se siente uno culpable, es de haber sobrevivido a ese ser especial, se da mucho el caso de la pareja de muchos años, que cuando uno fallece, el otro empieza a mermar su calidad de vida, e incluso se ha visto que rápidamente fallece también, quizá la culpa de haber sobrevivido.
En el accidente, ¿por que murió el y no yo, por que murió el y no yo? Siempre hay espacio, indebidamente, para esta pregunta que debemos desechar. Por que no cambiarla por ésta otra: ¿Por qué estoy yo vivo?
Aquí, podemos encontrar la motivación para vivir y para servir a alguien o algo.
Hagamos todo lo que podamos por los seres humanos, familiares o no, por cualquiera, pero no te quedes con la culpa como si fueras dador de vida.

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